Alimentación, estrés y salud cardiovascular
Compartir
Las enfermedades cardiovasculares (ECV), que incluyen afecciones como la aterosclerosis, la hipertensión, el infarto de miocardio, la miocardiopatía, la arritmia y la insuficiencia cardíaca (IC), son una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial y su incidencia ha experimentado un aumento notable en los últimos años. (1)
La edad y el sexo se encuentran entre los factores de riesgo cardiovascular no modificables más frecuentemente reportados. Las enfermedades cardiovasculares se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen, debido a un aumento del colesterol plasmático y una mayor rigidez arterial y resistencia vascular periférica, y son más comunes en hombres que en mujeres. (2)
Como siempre, según la Organización Mundial de la Salud, otros factores como una dieta poco saludable, la escasa actividad física, el tabaquismo y los altos niveles crónicos de estrés también son factores de riesgo para las ECV. (1,3)
Comportamiento alimentario y salud cardiovascular
El comportamiento alimentario es un factor modificable en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, ya que los resultados de las investigaciones han demostrado que una dieta equilibrada es beneficiosa para prevenir estas afecciones.
El consumo de un alto porcentaje de frutas y verduras en una dieta está fuertemente correlacionado con una mayor esperanza de vida y la reducción de la incidencia de ECV (1,4). De hecho, según las investigaciones, las personas que consumen una dieta rica en polifenoles tienen una reducción del 46% en su riesgo de desarrollar esta afección (1,5) .
Los polifenoles están presentes en las verduras y en muchas frutas, nueces y semillas, y existe una conexión entre el consumo de estos alimentos y una menor incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas relacionadas con la edad, así como en la reducción de la inflamación y la mejora del perfil lipídico plasmático. (1,6) .
Otro mecanismo clave a través del cual las frutas y verduras pueden mejorar la salud cardiovascular es mediante su contenido de fibra que reduce la absorción de colesterol y grasas, altera la síntesis de colesterol, aumenta la síntesis de ácidos biliares y disminuye la absorción de ácidos biliares (7) .
Otro nutriente importante para la salud cardiovascular es el omega 3, que se encuentra en alimentos como frutos secos, semillas o pescados grasos como el salmón o la sardina. El omega 3 tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a proteger contra las enfermedades cardiovasculares.
Estrés y salud cardiovascular
La exposición crónica al estrés (definido como una amenaza continua o anticipada a la homeostasis o al bienestar) favorece la desestabilización del equilibrio dinámico del organismo, y su respuesta promueve la liberación de mediadores químicos que afectan el estado metabólico y conductual en los seres humanos. (4)
El estrés, tal vez, sea el desencadenante de la cascada de efectos neuroendocrinos que impulsan el desarrollo de la distribución visceral del tejido adiposo, la resistencia a la insulina y las alteraciones del microbioma, lo que conduce a la acumulación de factores de riesgo cardiovascular. (4)
Estrés y patrones dietéticos
El estrés psicosocial puede provocar cambios en los patrones alimentarios y, en condiciones de estrés crónico, se prefieren los alimentos hipercalóricos e hiperpalatables.
El aumento de la adiposidad, principalmente la grasa abdominal, promovido por el estrés crónico, puede incrementar el apetito, afectando la cantidad y calidad de la dieta (mayor consumo de alimentos dulces y grasos) y, por consiguiente, el peso corporal. Por lo tanto, la exposición al estrés puede modificar los hábitos alimentarios.
Estos cambios en la ingesta de alimentos y el equilibrio energético inducidos por el estrés pueden interactuar con el estado emocional y la salud cardiovascular.
Aunque ya se conoce la existencia de una relación entre los cambios nutricionales, el estado emocional y la salud cerebral, la naturaleza exacta de esta relación no se ha establecido, pero parece implicar la comunicación entre el intestino y el cerebro, denominada eje intestino-cerebro. La disbiosis y la inflamación intestinal, promovidas por el estrés o los malos hábitos alimenticios, también se han relacionado con diversas enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión. (4)
Mensajes para llevar a casa y la posición de ¡Oh! Mis Snacks
El tratamiento de enfermedades multidimensionales como las ECV requiere enfoques multidimensionales.
La alimentación puede modificar la microbiota intestinal e influir en la salud cardiovascular. Se ha observado que la fibra dietética tiene un efecto beneficioso sobre la microbiota intestinal y la salud general, mejorando la sensibilidad a la insulina, la inflamación crónica de bajo grado y el metabolismo de los lípidos.
Además, los polifenoles presentes de forma natural en los alimentos vegetales pueden aportar beneficios para la salud al reducir el estrés y la inflamación. En este sentido, seguir una dieta rica en frutas, verduras, frutos secos y cereales integrales puede tener un impacto favorable en la salud cardiovascular.
En Oh! My Snacks nuestro objetivo es ofrecer una gran variedad de snacks vegetarianos y veganos, fuente de fibra, polifenoles y omega 3 para promover la salud general y cardiovascular.
En nuestro catálogo, podrás encontrar diferentes categorías de snacks como frutos secos, barritas de frutos secos, barritas de frutas, bolitas de frutas, fruta deshidratada y bolitas de proteínas con frutos secos que pueden añadir buena nutrición y más sabor a tus meriendas.
Bibliografía:
1 - Iqbal I, Wilairatana P, Saqib F, Nasir B, O0Wahid M, Latif MF, Iqbal A, Naz R, Mubarak MS. Polifenoles vegetales y sus beneficios potenciales para la salud cardiovascular: una revisión. Molecules. 1 de septiembre de 2023;28(17):6403. doi: 10.3390/molecules28176403.
2- Khan J., Deb PK, Priya S., Medina KD, Devi R., Walode SG, Rudrapal M. Flavonoides dietéticos: potencial cardioprotector con efectos antioxidantes y su farmacocinética.
Consideraciones toxicológicas y terapéuticas. Molecules. 2021;26:4021. doi: 10.3390/molecules26134021
3- Holvoet P. Estrés en la obesidad y trastornos metabólicos y cardiovasculares asociados. Scientifica. 2012;2012:205027. doi: 10.6064/2012/205027.
4- Morera LP, Marchiori GN, Medrano LA, Defagó MD. Estrés, patrones dietéticos y enfermedad cardiovascular: una minirevisión. Front Neurosci. 12 de noviembre de 2019;13:1226. doi: 10.3389/fnins.2019.01226. PMID: 31780892; PMCID: PMC6861179.
5- Sanches-Silva A., Testai L., Nabavi SF, Battino M., Devi KP, Tejada S., Sureda A., Xu S., Yousefi B., Majidinia M., et al. Potencial terapéutico de los polifenoles en las enfermedades cardiovasculares: Regulación de la vía de señalización mTOR. Pharmacol. Res. 2020;152:104626. doi: 10.1016/j.phrs.2019.104626.
6- Nayak B., Liu RH, Tang J. Efecto del procesamiento sobre los antioxidantes fenólicos de frutas, verduras y cereales: una revisión. Crit. Rev. Food Sci. Nutr. 2015;55:887–919. doi: 10.1080/10408398.2011.654142.
7- Tan J, Zhang S, Jiang Y, Li J, Yang C. Dieta basada en plantas y riesgo de mortalidad por todas las causas: una revisión sistemática y un metaanálisis. Front Nutr. 23 de octubre de 2024;11:1481363. doi: 10.3389/fnut.2024.1481363. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/39507899/
Autor:
Rita Lima (CP.3003N)